Memorias de un adiós.
El adiós no estaba muerto aún,
Respiraba;
Se podía escuchar su silencio
Que gritaba sobre la piel de los
llantos.
Por mucho que secó sus ojos
Y apagó sus ansias,
El adiós era una incisión dolorosa,
Una herida que sangraba el recuerdo,
Un trago eterno de nostalgia.
M.L.2017.
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