lunes, 20 de febrero de 2017

Escribir después de una resurrección.

Escribir después de una resurrección.

Hoy es febrero, un día cualquiera
Y soy feliz de poder respirar sin tu voz,
De poder escribir sin verte,
Sin la necesidad de inventarte pasado
Para que no seas presente;
Sin sentir la caricia de tu espalda en mi boca,
Ni el miedo de tu orgullo envilecido,
Matando las verdades
Que pudieron salvarte.

Hoy puedo escribir, es tan sencillo;
Como sencillas fueron nuestras horas,
Nuestros días de luz y de optimismo;
Cuando hablábamos del invierno,
De las calles mojadas y mis ríos subyacentes;
A una frase estaban tus manos
Y mi risa encendiendo tus carnes.

Pero hoy puedo escribir, casi sin pensar;
Puedo recorrer los recuerdos sin tropezar,
Sin que me duelan tus ojos;
Pensarte en las noches,
Sin que te metas en mi piel y mezas mis ganas.

Hoy, puedo escribir un poema,
Sin que seas la musa,
Sin que te vuelvas llanto en mi garganta;
Porque existen otros ojos,
Cientos de ojos,
De labios que paren sonrisas,
Que pueden hablar sin herir,
Sin mancillar las verdades;
Que pueden sembrarme el fuego
Y hacer morir el invierno.

Hoy puedo escribir…
Entender que hay vida en amar,
Más vida después de aquellas muertes;
Y mi verso se viste de paz,
Al saberte pasado,
Al saber que no te llamas insomnio
Y que ningún dios lleva tu nombre.






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