domingo, 4 de febrero de 2018

El hechizo.


Malgasto mis noches
Y el otoño de mis lunas,
Tratando de encontrar el acertijo,
El sendero que por fin me aleje de tu nube.
Oculto en mis poemas,
La pasión que me agobia,
Mis gritos más callados y húmedos,
Para que mis suspiros no te rocen el pelo;
Pero tu conjuro de fuego no se aparta
Y el jadeo de tu lengua sedienta asedia mis muros.
Deseo tanto que mi sed no recuerde tu boca,
Que mis ríos no desvíen su cause,
Que la savia de mi fuente no dirija su fuego,
Hacia el hambre de tu pináculo
Y que estas ansias urgidas,
Olviden el camino a tus manos;
Pero en cada sitio que me escondo,
Encuentro tus ojos,
Y se mueren las fuerzas de mi olvido
Y todas las transgresiones se amotinan,
Derribando los muros de cada despedida.
Hasta cuando ha de seguirme tu sombra,
Hasta que lugar del infinito he de escapar
Para que no me alcance tu risa;
Cuándo dejarán tus ojos de llover sobre mis carnes.
Sólo espero que un beso salvador llegue pronto
Y que la paz de un eclipse de luna,
Rompa el hechizo de tus labios.
M.L.2018

La banalidad de algunas cosas.


Hay tanto ruido en los miedos,
Ruidos huecos y sordos,
Pasos sin huellas;
Ruidos letales en las mentiras,
En las falsas palabras que hechizan.
Hay tanto fango en el odio,
En la envidia que asfixia a los débiles,
En el desamparo de las almas ávidas de cumplidos.
Hay tanta muerte en la codicia,
En el torpe afán de apagar luces ajenas,
Solo para que la propia oscuridad no se note.
Hay tanto dolor en las risas fingidas,
En el halago del necio,
En la amarga avaricia de la lengua detractora.
Hay tanta miseria en los falsos amigos,
En los saludos amañados
En la fingida benevolencia de la ignominia.
Hay tanta infelicidad en las almas ciegas,
En los que no tienen alma,
Pero existe el amor
Existe la fe,
Y también la esperanza.
ML.2018