martes, 22 de agosto de 2017

Algunas tardes se marchitan en sombras.

Algunas tardes se marchitan en sombras.
Hay tardes que se marchitan en sombras
Y la pureza del beso postrero,
Pierde la gravidez que lo ataba
Y abre sus alas para volar lejos,
Lejos de las promesas que le dieron raíces.
He aquí algunas voces oscuras llegan,
Agoreras golondrinas del olvido
Y susurran sus caóticos cantos,
Alaridos de miedos
Que anuncian las precarias partidas.
Entonces buscas en tu sangre,
Aquel abrazo primero,
Aquella sonrisa de luz
Que ponderó la alegría;
Y te buscas en los huesos,
Para hallar la ternura,
Para hallar el deseo
Que olvidó su inocencia
Y salvar al amor que se muere de ansias.
Pero sólo tú sabes,
Sólo tú entiendes
Que en cada espera mueren tus soles,
Que muchos sueños no regresan
Que hay esperanzas en otros cielos;
Mientras algunas de tus tardes,
Se marchitan en sus sombras.
M.L.8/2017

A la mitad de mi centuria.

A la mitad de mi centuria.

Ahora,
A la mitad de mis centuria,
Escucho como suenan mis otoños,
Mis lunas gastadas de prisas;
Como gritan sus recuerdos,
Las hojas colgadas en mis paredes,
En el nicho de mis llantos.

Alargo mis brazos para escapar de esta suerte,
Para dejar de escuchar esas voces en mí olvido
Y dejar de morir las vidas restantes.

¡Ay!,
Este jadeo amargo de gritos ciegos,
De profecías inéditas y fantasías castradas.
¡Ay!, esta danza de fuego entre mi piel y mi sangre,
A la mitad de mi centuria.

¡Ay!,
Este deseo ardiente, que rompe mi casi noche,
Estas ansias de mil bocas con bramidos fieros,
Con sed justiciera de esperanza.
¡Ay!, este sueño que habita en mi fe,
Y desdice la sentencia de mis miedos.

¡Ay! alma mía,
No te culpes,
No te rindas.

M.L.




lunes, 14 de agosto de 2017

Tú, mi eternidad.

Toma mis verdades ahora, que el miedo se fue y no tengo bozal que corte mis palabras. Mañana no se, mañana quizás el orgullo o la duda lastimen el bocado de alegría que hoy me llena.



Tú, mi eternidad.
Siempre que te hablo de lo eterno,
Olvido decirte lo que la eternidad es para mi;
La eternidad podría ser amor,
Un segundo mirándote,
Bebiéndome en sorbos tus palabras;
Una vida contigo,
Lo que tardo en respirar cuando apareces;
Podría ser un abrazo de dos compases,
Un beso de bocas mojadas
Y ojos cerrados;
Podría ser la ilusión que salva,
La esperanza de dos que se aman,
El sueño de dos corazones que resucitan,
Después de cada despedida.
Si no hubiera sido tan efímera,
Tan terriblemente fugaz aquella noche;
La eternidad hubiera sido,
La caminata encendida,
El llanto de los sauces,
El rugir de las aguas,
La quebrada milagrosa
Donde tus manos me ungieron,
Bajo la luna mermada.
Podrían ser los dedos cruzados,
Los labios sedientos,
Las mordidas escapularias,
Los besos oscuros.
También podría ser eternidad,
Mirarme en tus ojos,
Galopar en tu regazo,
Perderme en tus manos,
Amarrar tu sonrisa a mi deseo
A la esperanza de que un día,
Los dos,
Seamos pasos de un mismo camino.
M.L.2017.

jueves, 10 de agosto de 2017

Elegía al amor perfecto.

Elegía al amor perfecto.
Sus ojos son como dos faros,
Como ventanas llenas de luz,
Donde la dicha se asoma
Y se pudren los miedos.
Él inventa palabras que nadie dice,
Códices donde esconde su fuego,
Donde los silencios gritan,
Sus calladas voces.
Su cuerpo es como un árbol,
Que da sombra,
Y echa sus raíces en mis carnes.
Tiene alas grandes, llenas de vuelos,
De rutas aprendidas
Y caminos recorridos sin brújula.
El sabe que tengo una llave
Un montón de respuestas acertadas
Y el fuego en los labios.
Todo él es astral,
En su yo cósmico y trascendente,
Pero sus ojos, sus ojos son como faros,
Como ventanas donde se pudren los miedos.
Marelys Leyva , julio, 2016.


Poema de advenimiento al amor postrero..

Poema de advenimiento al amor postrero..
Después de algunas muertes,
De algunas pérdidas punibles
Y caídas dolosas, 
Aún palpita mi beso
Y algunas cosas importantes
Que no manchan los adioses.
Guardo una caricia ardiente,
Célibe y palpitante
Que nunca di a nadie
Que preservé de las partidas
Y de los momentos que hieren los ojos.
Guardo también mi mejor sonrisa,
El mejor abrazo,
La bienvenida excelsa,
Mis consignas y mis gritos
Y el fuego que baña mis ansias.
Tengo una blusa roja,
Sábados felices,
Un perdón escondido entre mis pechos
Y algunos versos proscriptos.
Después de algunas muertes
Y de tantas caídas dolosas,
Sólo espero que llegues tú
Y me beses los sueños.

M.L.2017


Más de mil formas de decir tu nombre.


Esto de hablar a solas,
De contar estrellas y ponerles tu nombre
O soñar despierta cada vez que respiro,
Cada vez que tu boca se mete en mis ganas,
Sólo son formas de llamarte,
De decir tu nombre.
A todas horas te nombro;
Cuando digo cama,
Cuando digo cielo
O cuando grito ¡Vidaaaaa!
Y araño mi sangre
Y me toco los pechos.
Te nombro en cada paso del camino;
Cuando las horas se agitan
En su lecho de días
Y no veo tu rostro
Y tu verbo de niño celeste
Se esconde en mi blusa.
Te nombro cuando peino mi cabello
Y en el espejo tu silueta se asoma;
Cuando escucho tu voz en otros labios
O cuando doy cuerpo a mis gritos
En algún poema.
Te nombro en mis ojos,
Cada vez que apareces,
Quiero decir,
Cada vez que los abro;
Cuando tus caricias avanzan irresolutas
Desposando mis ansias,
Mientras tu sonrisa se mese en la luna.
Te nombro cuando digo
Sed,
Hambre,
Frío,
Ausencia,
Insomnio,
Llanto,
Fiebre,
Amor terno,
¡Mío!,
¡Mío!,
¡Mío!.
En fin,
Tengo más de mil formas de decir tu nombre.

M.L.agosto 2017.