lunes, 17 de septiembre de 2018

Crónica de un encuentro.

Crónica de un encuentro.

Yo era nube, ave que flotaba en el viento,
Entre briznas de un incipiente otoño
Y un universo de lunas incompletas.

Mis pechos cuál faro, emitían  señales,
Mostraban el camino hasta mi tierra,
El santuario donde guardo mis prodigios.

Él ya estaba, observaba mi ruta,
Caminaba invisible en mi sombra
Sin que le diera la boca
Cuando sus ansias rodeaban mi cuello.

Yo era una rafaga, una lágrima febril de gozo,
Ninfa escondida en su bosque.
Y le recorrí palmo a palmo,
Me adentré hasta donde daban mis alas
Dejándome llevar,
Perdida en la luz de su hambre,
En la ternura de su paz infinita;
Sin negarme al placer de ser ofrenda,
El agua dulce para la sed de sus manos.

Creo que olvidé algunas cosas;
Un beso quizás,
Enseñarle el menguante de mis lunas
O escribirle " TE AMO" en un espejo.
Tal vez un poco de todo;
Olvidé decir que soy virgen,
De la dicha que sentí entre sus brazos,
Del placer sin fin
De ver su huella en mi cuerpo
Y que a mi templo sólo entraron sus ojos.

Y es que así nacen las lunas,
Lanzas tres versos al viento,
Golpeas tres veces tu cara,
Te alas el pelo
Y lo demás ya sabes;
Dejas las muertes bien muertas
Y resucitas las vidas restantes.

En el murmullo de la tarde,
Lo dejé marchar;
Abroché mi risa a su alma
Y la promesa de un retorno,
Con mi latido en su torso
Y el conjuro de mis muslos.

Ahora él tiene una llave,
Sabe el código que abre mis puertas,
Donde muero
Y donde vivo.
Sabe que siempre le espero,
Como se esperan las cosas ciertas,
Como se espera un milagro.

M.L

domingo, 9 de septiembre de 2018

Lo que debes saber.



Debes saber,
Que a mi casi otoño,
Le nacieron tres lunas;
Que mi deseo florece
Cada vez que te pienso.

Que no importa si el tiempo,
Se agita en sus aguas;
Si este sueño germina
O se pierde en el viento;
Si persiste un milenio
O se muere en tres dudas.

Debes saber que en mis noche
En la piel del insomnio
Te escribo poemas;
Que si un día amanece
Un adiós en mis labios,
No se asuste tu fe
Ni te llenes de espanto.

Sólo quiero que hoy,
Sin mediar perdones
Sin permisos torpes,
Ni promesas veleidosas;
Llenes mi cuerpo de soles
Y que mi espalda
Y mis pechos,

Se desgranen en tus manos.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Aquí estoy como siempre,
Soñando,
Sintiendo,
Cantando la misma canción,
Tocando los mismos acordes;
En espera de una aparición que me roce el pelo;
Un loco,
Un ciego,
Un trasnochado,
Alguien con poder de abrazo,
Que sepa de lunas y ritos extraños;
Que pueda leer entre línea mis códices secretos,
Entender mis arrebatos
Y que sepa volar.

M.L

jueves, 15 de marzo de 2018

Muere el pasado

El pasado muere,
Retrocede en silencio,
En su cortejo de sombras.
Los recuerdos perpetuos agonizan,
Descalzos,
Tristes,
Sin perturbar el latir de la esperanza.
El nuevo día se yergue,
Abre su ojo sobre el mundo,
Avanza imperturbable,
Hay una sonrisa en la luz de su boca.

M.L.2018

martes, 6 de marzo de 2018

Presagio de la amante solitaria

Presagio de la amante solitaria.

De vuelta a mí este presagio,
Esta nube de ansias a mi soledad tranquila;
Abre el deseo su boca sobre mi carne,
Su rigor de hambre y desatino
Y me reconozco viva,
Desde la raíz del lloro
Hasta la cumbre de mis pechos.
El fuego se derrama en mi sangre
Y advierto que mi sobriedad no aparece,
Ni las enmiendas catecistas,
Ni el decálogo de pretextos
Que amordazaban mis ganas.
Vuelve a mí este presagio,
Este oasis en la sed de mi hambre
Y el grito escondido en el reverso de mi lengua,
Asoma su voz,
Sin contiendas ni reclamos,
Solo se sienta en mi boca
Y me recita el credo de la amante solitaria.

M.L.2018

lunes, 5 de marzo de 2018

El ermitaño

El hombre que vive ciego,
Tiene su casa en un hueco,
Es una cueva entre las sombras,
Donde deambula a tientas
Con sus miedos perplejos
Subiendo del abismo.
Carga en sus ojos la melancolía del desterrado
Y las oscuras canciones de letras sordas
Le besan los miedos.

El hombre mudo vive en su pena,
Esconde sus sueños en una herida
Entre gritos descarnados de nostalgia
Y amaneceres inhóspitos.
En su boca un ruego
Con los nombres que no recuerda
Y la caricia muerta, abducida por el pasado.

El hombre huraño agoniza despacio,
La oscuridad es el templo
Donde regurgita sus muertes,
Donde las dudas desdicen la esperanza
Que tímida se asoma.
Ya no cree en sus dioses
Ni en las santas
Ni en pervertidas desquiciadas
Que le roban el sueño;
Solo cree en el silencio
Y en la compañía de su abandono.

El ermitaño vive en su encierro,
Su casa no tiene ventanas.

M.L.2018

viernes, 2 de marzo de 2018

Recuerdos subversivos

Recuerdos subversivos.
Ciertos días, cuando el olvido se hace ruego
Y la sed que te nombra se sienta en mi cama;
En el lado tibio de mi lengua,
Donde habitan mi locura y las caricias profanas,
Un beso incendiario  descubre en su clamor,
Los recuerdos que trascendieron a la partida.
M.L.18

domingo, 4 de febrero de 2018

El hechizo.


Malgasto mis noches
Y el otoño de mis lunas,
Tratando de encontrar el acertijo,
El sendero que por fin me aleje de tu nube.
Oculto en mis poemas,
La pasión que me agobia,
Mis gritos más callados y húmedos,
Para que mis suspiros no te rocen el pelo;
Pero tu conjuro de fuego no se aparta
Y el jadeo de tu lengua sedienta asedia mis muros.
Deseo tanto que mi sed no recuerde tu boca,
Que mis ríos no desvíen su cause,
Que la savia de mi fuente no dirija su fuego,
Hacia el hambre de tu pináculo
Y que estas ansias urgidas,
Olviden el camino a tus manos;
Pero en cada sitio que me escondo,
Encuentro tus ojos,
Y se mueren las fuerzas de mi olvido
Y todas las transgresiones se amotinan,
Derribando los muros de cada despedida.
Hasta cuando ha de seguirme tu sombra,
Hasta que lugar del infinito he de escapar
Para que no me alcance tu risa;
Cuándo dejarán tus ojos de llover sobre mis carnes.
Sólo espero que un beso salvador llegue pronto
Y que la paz de un eclipse de luna,
Rompa el hechizo de tus labios.
M.L.2018

La banalidad de algunas cosas.


Hay tanto ruido en los miedos,
Ruidos huecos y sordos,
Pasos sin huellas;
Ruidos letales en las mentiras,
En las falsas palabras que hechizan.
Hay tanto fango en el odio,
En la envidia que asfixia a los débiles,
En el desamparo de las almas ávidas de cumplidos.
Hay tanta muerte en la codicia,
En el torpe afán de apagar luces ajenas,
Solo para que la propia oscuridad no se note.
Hay tanto dolor en las risas fingidas,
En el halago del necio,
En la amarga avaricia de la lengua detractora.
Hay tanta miseria en los falsos amigos,
En los saludos amañados
En la fingida benevolencia de la ignominia.
Hay tanta infelicidad en las almas ciegas,
En los que no tienen alma,
Pero existe el amor
Existe la fe,
Y también la esperanza.
ML.2018