martes, 22 de agosto de 2017

A la mitad de mi centuria.

A la mitad de mi centuria.

Ahora,
A la mitad de mis centuria,
Escucho como suenan mis otoños,
Mis lunas gastadas de prisas;
Como gritan sus recuerdos,
Las hojas colgadas en mis paredes,
En el nicho de mis llantos.

Alargo mis brazos para escapar de esta suerte,
Para dejar de escuchar esas voces en mí olvido
Y dejar de morir las vidas restantes.

¡Ay!,
Este jadeo amargo de gritos ciegos,
De profecías inéditas y fantasías castradas.
¡Ay!, esta danza de fuego entre mi piel y mi sangre,
A la mitad de mi centuria.

¡Ay!,
Este deseo ardiente, que rompe mi casi noche,
Estas ansias de mil bocas con bramidos fieros,
Con sed justiciera de esperanza.
¡Ay!, este sueño que habita en mi fe,
Y desdice la sentencia de mis miedos.

¡Ay! alma mía,
No te culpes,
No te rindas.

M.L.




No hay comentarios:

Publicar un comentario