lunes, 5 de marzo de 2018

El ermitaño

El hombre que vive ciego,
Tiene su casa en un hueco,
Es una cueva entre las sombras,
Donde deambula a tientas
Con sus miedos perplejos
Subiendo del abismo.
Carga en sus ojos la melancolía del desterrado
Y las oscuras canciones de letras sordas
Le besan los miedos.

El hombre mudo vive en su pena,
Esconde sus sueños en una herida
Entre gritos descarnados de nostalgia
Y amaneceres inhóspitos.
En su boca un ruego
Con los nombres que no recuerda
Y la caricia muerta, abducida por el pasado.

El hombre huraño agoniza despacio,
La oscuridad es el templo
Donde regurgita sus muertes,
Donde las dudas desdicen la esperanza
Que tímida se asoma.
Ya no cree en sus dioses
Ni en las santas
Ni en pervertidas desquiciadas
Que le roban el sueño;
Solo cree en el silencio
Y en la compañía de su abandono.

El ermitaño vive en su encierro,
Su casa no tiene ventanas.

M.L.2018

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