Presagio de la amante solitaria.
De vuelta a mí este presagio,
Esta nube de ansias a mi soledad tranquila;
Abre el deseo su boca sobre mi carne,
Su rigor de hambre y desatino
Y me reconozco viva,
Desde la raíz del lloro
Hasta la cumbre de mis pechos.
El fuego se derrama en mi sangre
Y advierto que mi sobriedad no aparece,
Ni las enmiendas catecistas,
Ni el decálogo de pretextos
Que amordazaban mis ganas.
Vuelve a mí este presagio,
Este oasis en la sed de mi hambre
Y el grito escondido en el reverso de mi lengua,
Asoma su voz,
Sin contiendas ni reclamos,
Solo se sienta en mi boca
Y me recita el credo de la amante solitaria.
M.L.2018
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