Ayer no importa
.
.
Hay
un sonar de auroras,
Un vibrar de alas que me levanta del silencio,
Del profundo invernar de la conciencia,
Del vagar continuo de las dudas
Y los temores de antaño.
Un vibrar de alas que me levanta del silencio,
Del profundo invernar de la conciencia,
Del vagar continuo de las dudas
Y los temores de antaño.
Hay una luz que
me regresa de la noche,
Una voz callada que me anima
Y apaga las horas moribundas de los miedos,
De las muchas aguas que anegan mis cuencas.
Una voz callada que me anima
Y apaga las horas moribundas de los miedos,
De las muchas aguas que anegan mis cuencas.
Mis
ojos regresan del vacío,
Del ir y venir recorriendo mundos,
De colectar perdones y olvidos justicieros;
De aglutinar sonrisas que ahuyentaron las dudas
Y burlaron los pertinaces miedos.
Del ir y venir recorriendo mundos,
De colectar perdones y olvidos justicieros;
De aglutinar sonrisas que ahuyentaron las dudas
Y burlaron los pertinaces miedos.
Mis
manos se agitan,
Reviven la danza antigua,
El mover ancestral de advenimiento,
De ponderar las alegrías en cierne
Y recibir el futuro con un beso.
Reviven la danza antigua,
El mover ancestral de advenimiento,
De ponderar las alegrías en cierne
Y recibir el futuro con un beso.
Hay
un despertar de luz en mis centurias,
Un vibrar de alas en mi pecho;
Pero el ayer, el ayer es un día leve,
Un día que muere en sus horas,
El ayer es un día que no importa.
Un vibrar de alas en mi pecho;
Pero el ayer, el ayer es un día leve,
Un día que muere en sus horas,
El ayer es un día que no importa.
M.L.2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario