Acaso.
¿Acaso he de pretender
Que en mi corazón lleno de
historias,
De heridas que sangraron
profusas,
No queda algún atisbo de
fuego?
¿He de caminar oronda
Con mis manos sueltas,
Como si no tuvieran fuerzas
Para sostener un abrazo?
¿Acaso mis ojos,
Dejarán de mirar el vasto
cielo
En busca de palabras;
Dejarán de escrutar los
rostros y las almas
En busca del elegido del
tiempo?
¿Han de secarse mis labios
Y marchitarse mi lengua
Y amotinarse sin causa los
besos en espera?
¿Acaso en mi cama,
Será desterrada la pasión;
Serán censurados los gritos
Y las frases alevosas,
Las consignas que paren
desatinos?
¿Han de paralizarme mis
centurias?
¿He de ovillarme en un rincón
absurdo de mi tálamo,
Aferrarme a la almohada
Y mullir cada palmo de mi
lecho
Para que no muera el deseo?
¡No!
Yo soy el fuego que arde,
La esperanza que no cesa,
La experiencia acumulada en
mis lustros,
La pasión acorazada en las
uñas,
El turbión de ansias en la
sangre.
Si acaso, soy y seré la que
sueña,
La que ríe,
La que canta,
La que vive el presente
Y camina segura al mañana.
Soy y seré,
La que ama.
M.L.2017.
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