miércoles, 29 de marzo de 2017

Acaso


Acaso.

¿Acaso he de pretender
Que en mi corazón lleno de historias,
De heridas que sangraron profusas,
No queda algún atisbo de fuego?  

¿He de caminar oronda
Con mis manos sueltas,
Como si no tuvieran fuerzas
Para sostener un abrazo?

¿Acaso mis ojos,
Dejarán de mirar el vasto cielo
En busca de palabras;
Dejarán de escrutar los rostros y las almas
En busca del elegido del tiempo?

¿Han de secarse mis labios
Y marchitarse mi lengua
Y amotinarse sin causa los besos en espera?

¿Acaso en mi cama,
Será desterrada la pasión;
Serán censurados los gritos
Y las frases alevosas,
Las consignas que paren desatinos?

¿Han de paralizarme mis centurias?
¿He de ovillarme en un rincón absurdo de mi tálamo,
Aferrarme a la almohada
Y mullir cada palmo de mi lecho
Para que no muera el deseo?

¡No!
Yo soy el fuego que arde,
La esperanza que no cesa,
La experiencia acumulada en mis lustros,
La pasión acorazada en las uñas,
El turbión de ansias en la sangre.

Si acaso, soy y seré la que sueña,
La que ríe,
La que canta,
La que vive el presente
Y camina segura al mañana.

Soy y seré, 
La que ama.

M.L.2017.


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