martes, 7 de marzo de 2017

Corazón herido.

Corazón herido.
Ay, corazón herido,
Amor inmerecido;
Profanaste el templo,
Con esa oscuridad de mil noches
Que nadie aclama.
Mil veces quise escapar,
Irme al lado suave de tu beso,
Para no mancharme de ira,
De los ríos amargos que te fluyen silenciosos.
Tantas veces huí de tus mareas,
De tu pecho ártico, 
Donde nacen borrascas
Y ninguna caricia resucita.
Allí, el odio ha sido premiado,
Albergado en sus confines,
Alargando su brazo hasta los sueños.
Ay, corazón herido.
Como entender las palabras que no dices,
El murmullo de tu lengua sorda;
Yo protegí en cada sollozo,
Lo que creí poseer,
Aquello que no existía.
Pero ahora,
El olvido propaga sus raíces, más allá del silencio,
Más allá del sonido lastimero de tu alma ciega.
Ay, corazón herido,
Nunca viste cuando mi beso sostenía tu paso,
Sólo ofreciste promesas que sabían a llanto.
Ahora, 
Tus deseos nocturnos reclaman mi cuerpo
Y tu piel sumisa a mi boca, grita sus ansias,
Mientras mis deseos,
Huyen de mí en sabido destierro;
Ay, corazón herido,
Es difícil andar buscando una puerta,
Rogando esperanza,
Con el dolor penitente,
De quien sabe perdió el camino.
Marelys Leyva 2016.




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