Cuando miro el pasado lleno de adioses, saturado de voces
tristes, de esperanzas estériles que nacieron sin alma; que yendo al olvido
marcaron los recuerdos con lágrimas. Acomodo mis ojos y recorro cada historia.
Las que viví y otras que invente para socavar el silencio, para morir al dolor
de las mentiras. Reviso las ansiedades que vertí en mi pecho y las dudas que
adjudiqué al fracaso; cuando los sueños pujaban el futuro.
Cuando miro al pasado, veo la niña que un día fui, la que
soy y no muere; la que se detuvo en el tiempo buscando anhelos y persiguiendo
abrazos. La que camina conmigo, alza su voz, llora y es feliz con una sonrisa.
Entonces comprendo, que a menudo pasamos el tiempo sin
vivir, vagando en oscuridad; cuando un solo instante de luz nos puede llenar de
vida.
Ama, vibra, sueña de eso se trata la vida
M.L.2016.
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