sábado, 11 de marzo de 2017

Asomarme a tu alma.

Asomarme a tu alma, ha sido a la mía, descubrir la equidad de intelectos a fines, palpar las llagas y dolores conocidos, reconocer los gritos antiguos y ansiedades perplejas, que también habitan la mía. Llegar al centro de tu espectro, donde aglutinas tus sueños, donde todas tus hambres y sed se amasijan, en un nudo de codicia insaciable, ha sido a mi ser, un caminar en llanto y angustia ya aprendidos, arder en llamas cercanas y deseos transitados; ha sido un caminar jadeante, fatigoso, anhelando no encontrarme en tus espejos, entendiéndome en cada llanto tuyo y en cada reclamo que has hecho al destino.
Asomarme a tu alma, es palpar la ansiedad extrema, de sentir que se aleja todo lo que amas; es ver como el deseo llena sus ojos de aquello que no tocas; es sentir que te hundes en tus propios miedos y en el peor miedo que es la madre de todos, y no es precisamente el temor a morir, sino, el temor a vivir más eternidades lejos de un alma que se iguala a la tuya.
Asomarme a tu alma, caminar en tus laberintos y sombras guardadas; transitar los pasillos de amores muertos y de aquellos que alberga tu memoria, ha sido un bregar intenso, una lasitud donde solo las muertes vividas la superan; ver tus colores y los ojos abiertos en todos tus pasillos, en cada emoción vibrante de tu pecho, ha sido una puerta abierta, encontrar un mundo maravilloso que asusta por sus matices.

Hoy, al asomarme a tu alma, reconozco en mí, las palabras que alguien una vez me dijo, los deseos y celos confusos del que anhela ser sueño en otra alma. Y quiero arrancar de mí, estas ansias profusas, que hieren mis instintos, el deseo de ser la voz de tu grito, el deseo de que cada palabra escrita y sueño infinito lleve la piel de mi abrazo.

Asomarme a tus palabras, a tu alma escrita, ha sido desatar el holocausto de mi mundo, aniquilar la paz que creía segura; ha sido, saturar de dolor mis cuencas y alimentar las lágrimas pausadas por la espera y el futuro. Abrir

Hoy, no sé si escapar de tu alma o llenar mis sueños de tu fuerza; no sé si huir de la sombra de tu beso, o quedarme postrada al amparo de tus promesas.


Eres mi yo intenso, mi propio fuego y ansiedad en llamas, la misma parte de mi, que arde y ansia un soplo de brisa que la apague. 

M.L.2016.


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